21 de mayo de 2010


NICHOLAS PAYTON





A VECES, A UNO SE LE OLVIDA por qué le gusta el jazz. Es una sensación parecida a cuando no encuentras las llaves. Sabiamente, deduces que tienen que estar en alguna parte, ya que tú estás dentro de casa, pero no hay manera de encontrarlas. Pues, a veces, pasa eso con el jazz. Pero tiene arreglo. Lo que uno tiene que hacer es ponerse el sombrero, coger las llaves (si las encuentra) y marcharse a un club de jazz, por ejemplo, Clamores. Y uno debe procurar que en ese club toque alguien como, por ejemplo, Nicholas Payton.

Y al poco rato de escuchar a Payton uno se dice: “Ah, ya, ya me acuerdo, era por esto que me gustaba”. Y es que, con un toque funky, claro, y modernizada, claro, pero la trompeta del amigo Payton lleva en sus notas la tradición de siglo y pico. Por momentos crees oír a Louis Armstrong, a Buddy Bolden (bueno, supongo, porque nunca he oído a Buddy Bolden), y también oyes a Nicholas Payton. Oyes la verdad del jazz. Y, tras esta dosis de verdad, te vas a casa tranquilo. Porque ya te acuerdas por qué te gustaba el jazz. Así que no importa tanto que se te hayan olvidado las llaves y tengas que dormir en el portal.

Y si otro día, porque soy muy olvidadizo, me vuelvo a olvidar de por qué me gusta el jazz y no tengo club a mano, entonces miraré estas fotos. Y ya no tendré dudas. Porque mi amiga Esther es capaz, alquimista del jazz, de meter toda la esencia de nuestra música en una imagen. Y, cuando la ve, uno dice, ah, claro, claro, era eso.

Texto © Miguel Ángel Pérez

Nicholas Payton Quintet
Nicholas Payton, trompeta y voz
Lawrence Fields, piano
Vicente Archer, contrabajo
Marcus Gilmore, batería
Daniel Sadownick, percusión

Club de jazz Clamores, Madrid, 15-5-2010. Día de mi cumpleaños.